domingo, 16 de octubre de 2011

Indignados del mundo

Es muy bueno creer que por nuestra propia capacidad todos podemos llegar a ser millonarios; ésa creencia es la que nos arroja a la lucha por la vida y es el soporte de todo el sistema capitalista; ya que, ése pensamiento es lo que propende el culto a la ganancia, al interés, a la renta de capital.

Pero esto de poder llegar a ser ricos ¿es cierto? ¿Cuántos Carlos Slim, Bill Gates, Warren Buffet o Amancio Ortega hay o podrían llegar a haber entre nosotros? Sólo entre estos cuatro reúnen 406,100 millones de dólares, casi la actual deuda externa de Haití (gracias a las condonaciones) ¿No es verdad que son personas excepcionales?

Indudablemente hacia la obtención de la riqueza vamos todos; pero, todos NO somos iguales, existen personas con más y menos talentos y capacidades que otras. Los menos favorecidos se irán quedando a la zaga, más si pertenecen a países del tercer mundo en donde aún se imparte una educación de pésima calidad y cuyos gobernantes sólo aspiran a hacerse ricos sin hacer ninguna o muy poca contribución a su sociedad.

Diríamos entonces que la justicia radicaría en repartir la riqueza en partes iguales; pero uno de los pilares del progreso es justamente la avidez por generar con más rapidez la producción y con ello, además de satisfacer el consumo, generar más riqueza para acumularla y/o reinvertirla e ir mejorando el aparato productivo: aminorando costos, reemplazando al hombre por la máquina, fabricando en serie; de tal manera que se está creando a los alrededores de la urbe una clase social nueva de desocupados cada vez más creciente los que, a su vez, dan origen a la delincuencia y su paliativo: la policía, las compañías de seguridad y seguro, rejas cámaras de vigilancia; todo ello para tratar de contrarrestar y prevenir los delitos e inconformidades de esta gran masa de desocupados y las consecuencias de sus acciones.

Cabe resaltar que el culto a la rentabilidad ha hecho que olvidemos cuál es el objetivo principal de ésa carrera hacia el progreso, qué es lo que buscamos al conseguir riqueza; y ello es (por si lo habíamos olvidado) el bienestar colectivo del ser humano.

En términos sencillos si un mexicano vive con 333 dólares mensuales ¿asunto de qué ganar 24 mil dólares (sólo en sueldo sin contar las ganancias de sus empresas) como gana Carlos Slim, Bill Gates, David Beckham, el difunto Michael Jackson o Ronaldinho? Esto que afirmo, es en términos individuales; pero no olvidemos que esto es una cadena que se repite hasta llegar al Estado y las grandes transnacionales.

¿Qué pasó cuando hubo la crisis financiera provocada por la ambición de ganar intereses sobre intereses de las entidades financieras? (dieron crédito hasta a las personas con alto índice de riesgo ) pues bien, lo que sucedió es que EEUU debió salir luego al salvataje de la General Motors y la Chrysler antes de que se declaren en quiebra; los salvaron con nada menos que 80.000 millones de dólares que evitaron que se perdieran 1 millón de empleos y 28.600 millones de dólares por impuestos que no se recaudarían, además evitaron los costos de seguridad social para todos los empleados despedidos.

Luego, estas dos grandes empresas una vez reflotadas, han creado empleo e incluso han reinvertido de nuevo en el país, aunque menos dinero del que los contribuyentes perdieron con su rescate.

Así es; porque... ¿quiénes salvan a los ricos? ¿Otros ricos? NO, son la gran masa de contribuyentes los que salvan a estos gigantes transnacionales; contribuyentes que jamás imaginarían vivir como viven alguno de estos magnates dueños de estas grandes compañías, cuya fuente de riqueza se origina en el uso de combustibles fósiles cuyo destino podría derivar en una catástrofe ecológica mundial.

También “salvaron” entre estas dos empresas automotrices a entidades financieras como AIG (American International Group, Inc.), Bank of America y Citigroup entre otras; un total de 83 entidades las cuales, apenas recibieron la ayuda económica, no hicieron sino ejecutar operaciones de evasión tributaria en paraísos fiscales como Islas Caimán, Bermuda e Islas Vírgenes ¿Qué les parece?

Ahora con la inyección en la economía mundial de 13 billones de dólares con su “expansión cuantitativa” (léase imprimir billetes sin ningún respaldo; ergo inflación), EEUU nos ha endilgado a todos los ciudadanos del mundo una inflación para ayudarlos a salir de la crisis que ellos mismos propiciaron y Obama se atreve a decir, con gran cinismo que, debido a la crisis en Europa (Grecia declarada en quiebra podría dejar de pagar su deuda) y a los levantamientos en el Medio Oriente, “las economías de todo el mundo no crecen tan rápido como debieran”.

O sea, no es por la crisis generada por “su” burbuja hipotecaria que al final todos estamos pagando o por las guerras que encabeza en zonas petroleras y estratégicas; o las hambrunas de Haití, África; o las prácticas económicas de las entidades financieras (FMI, BM, El Club de París, etc) que antes de mejorar la situación económica perjudica más a los empobrecidos países que aceptan su endeudamiento; o los conflictos sociales (caso de Chile) propiciados por un sistema neoliberal que no entiende que la educación que reclaman los estudiantes, es la misma que brindaron a su población todos los países que ahora llamamos desarrollados. O el de Perú que se da prioridad al interés empresarial privado sobre el territorio peruano, antes que al interés de bienestar de la nación, felizmente el nuevo gobierno mediante una ley ha empezado la corrección de ése abuso.

Estas son pues, algunas de las razones que levantan a los indignados de todo el mundo; razones que han olvidado los hombres de Wall Street, las entidades financieras y el excelentisimo Premio Nobel de la Paz, el hombre más guerrero del mundo, Barack Obama.

Un gran abrazo

3 comentarios:

Sil dijo...

Es bueno no perder el hilo conductor de las cosas para tomar real conciencia de lo que sucede a nuestro alrededor

Katy dijo...

Un buen post y bastante calro aunque aunque yo ya estoy harta de política. Todo es mentira, desorden, caos. Todos mienten, quieren mandar y lo que realmente hece falta es que el que mande sea honrado y justo y esto si que es difícil. Despu´ñes de Salomón se acabó el invento.
Un abrazo

Gloria dijo...

Hola y gracias por pasarte por mi blog.Muy interesante lo que escribes.Valoro las palabras. Y en cuanto al tema resulta inquietante esta nueva realidad y más que válida la queja de "los indignados". Un saludo, Gloria.