domingo, 9 de octubre de 2011

Inmoralidad y Corrupción

Cuando hablamos de corrupción realmente nos indignamos; es increíble que funcionarios del gobierno lleguen a ése sitial para llenarse los bolsillos y obtener favores y prebendas usando como herramienta su posición en desmedro de toda la nación, menoscabando mucho más la economía del pueblo que es el que menos gana. Entonces decimos que hay que seleccionar, depurar, castigar a estos individuos; pero nunca vemos dónde nace esta corrupción. Veamos el ejemplo de Perú:

¿El matrimonio es una institución amparada por la ley que se debe respetar? ¿Sí? ¿No? ¿Se debe, pero como no hay una sanción penal que encauce esta exigencia, es letra muerta en un papel?.

Bueno eso es lo que didácticamente hizo para festividad de los peruanos cacasenos (Lastimosamente, al parecer, la GRAN mayoría) el “Doctor” Alan García Pérez, quien astuto como todos los de sus carácteristicas, antes negó su adulterio y ahora se deshace en requiebro de palabras de alabanzas para su ex esposa Pilar Nores, tratando por supuesto de minimizar la zurra que se dio sobre el respeto y fidelidad que le debía a ella y al contrato matrimonial que los unía legalmente y que ellos prometieron RESPETAR firmándolo; demuestra así, este señor, que mientras no haya sanción, él y todos los que son como él, harán lo que les venga en gana con la ley y los contratos, con el aval por supuesto del corruptor en este caso la amante; quien además, y no creo que sea sorpresa para nadie, no sale de la nada, tiene nexos e influencias con personajes del ámbito político y económico peruano.

Pero volviendo a nuestro tema básico los orígenes de la corrupción: la inmoralidad, este señor (García Pérez) tuvo la ruindad de humillar a todo el género femenino, representado por su esposa Pilar Nores, reconociendo (no le quedaba otra) frente a la nación (¡y frente a ella!) que tenía un hijo extramatrimonial producto de un adulterio de larga data ¿Alguien levantó su voz contra este abuso? ¿Dónde estaban las feministas? ¿Dónde estaban los caballeros? ¿Por qué nadie exigió que se largue de palacio de gobierno por inmoral y adúltero? Simplemente porque estamos en tiempos de modernidad y mientras no haya sanciones penales, nos podemos zurrar en los contratos como mejor nos parezca y eso es efectivamente lo que sucede. La señora Pilar seguramente supuso que el pueblo peruano se indignaría al verla vejada; o por lo menos que significaría una vergüenza para el sinvergüenza de su ex marido; pues, se equivocó, nadie alzó su voz de protesta contra este hecho y él continuó regodeándose en su ilícita relación.

Si no podemos ser respetuosos y responsables con nuestra propia familia (que se supone debemos amar), con el cónyuge que nos ha dado infinitas muestras de amor, respaldo y fidelidad; si no tenemos la decencia de divorciarnos PRIMERO para después desviarnos hacia nuestra mejor conveniencia existencial; entonces, menos lo podremos hacer en un estamento del Estado en donde es requisito indispensable respeto incondicional a la leyes. Entonces tendremos como resultado (otra vez) los altos índices de corrupción en el gobierno de Alan García.

No sólo eso, además tuvo el descaro total, este señor, de ir a diversas ceremonias oficiales acompañado de Pilar y del hijo concebido en adulterio y todos hacían de la vista gorda; en especial la prensa quienes son adictos a este tipo de noticias, no para exigir respeto a los esponsales, sino para tener más audiencia o tiraje en su medio comunicativo; en fin, nadie reparó en el hecho y así la señora Pilar Nores , quien es una bellísima persona pero a mi juicio sin las agallas suficientes para hacer respetar sus derechos de esposa y primera dama, tuvo que divorciarse cansada de tanta humillación y dejando MUY EN ALTO cual debe ser la actitud de los peruanos frente al matrimonio: un irrespeto total.

¿Esto no es corrupción? ¿Esto no es inmoralidad? ¿Para qué diablos contraemos matrimonio entonces? ¿Para ganar algo de dinero con la sociedad de gananciales? ¿Para tener prestigio y/o nivel social? ¿El matrimonio ya no es para darle un marco legal de protección a la familia? porque así fue concebido entonces ¡¡cuál es la protección si hacemos con él lo que nos viene en gana!!

Ahora este indigno ejemplar masculino se permite con todo desparpajo bromear al decir que “no habrá boda (con la que fue su amante en adulterio) porque a los sesenta ya no se dan anillos” y recibe primeras planas y venias por doquier. La pregunta que cae por su propio peso es (si fuera el caso): ¡¡PARA QUÉ CONTRAER NUPCIAS!! Si nunca respetamos nada, ¿para pisotear y poner por los suelos el contrato matrimonial? Qué nos cuesta señores hacer un alto primero y divorciarnos o terminar con nuestra relación, por qué ese apego a la inmoralidad.

Luego ¡nos “indignamos” de la inmoralidad y la corrupción campantes! En fin.

Un gran abrazo

2 comentarios:

Aniña (@vampyevil) dijo...

mucha indignación pero poca reacción.
una pena. buen post.
besitos

JOAQUIN DOLDAN dijo...

hay que indignarse