sábado, 1 de abril de 2017

Siria - Ucrania partes de un mismo problema



Aquí, hay una media verdad, la primavera árabe no empieza por sí sola; fueron los países de occidente quienes la iniciaron FOMENTANDOLA y ARMANDOLA; comenzó en Egipto para poner en el gobierno a los hermanos musulmanes y desde allí causar revueltas en los países de gobiernos más sólidos como LIBIA al cual destrozaron con el único afán de tener rodeada a Siria; logrando que los terroristas musulmanes siembren el pánico causando una estampida de inmigrantes a Europa y con ello exportar también el terrorismo a Europa (cual lo predijo Gadaffi y que ellos muy bien sabian). El terrorismo en Europa es, en resumidas cuentas, lo que desea el imperio Yanqui y su hijastro Israel: que hayan actos de terrorismo para tener motivos qué exhibir por los cuales seguir atacando a los países árabes y de medio oriente para lograr capturar a Siria y con ello una ruta más corta para su soñado proyecto Nabucco que le depararía una ingente fuente de ingresos.




En estos momentos se hace evidente que la clave del éxito económico y del predominio político reside en el control de la energía del siglo XXI: el gas. Y Siria e Irán (junto con Rusia) se hallan en medio de la más importante reserva de gas del planeta. Esto asociado al temor de los más ricos del mundo en papel moneda (o sea ricos en NADA) los sionistas; al temor suyo, decía, de ser echados de palestina por abusivos, traidores y ladrones; hace que tengan, EEUU y la OTAN, una excusa cursi pero que ha dado resultados para robar (léase “intervenir humanitariamente”) a estos países, como ya lo hicieron antes con Irak, Afganistán, Libia. El petróleo fue la causa de las guerras del siglo XX. Esta nueva era será la de las guerras por el gas.

Moscú tiene el gasoducto Nord Stream y el proyecto South Stream cuya terminación está prevista para antes del 2015; frente al proyecto de EEUU Nabucco , respaldado por la Unión Europea, que pretendía debilitar la posición de Moscú y obstaculizar el acceso de China al gas centroasiático. Nabucco recogería el gas de Irán, Turkmenistán y Azerbaiyán (ambos aliados de EEUU) Con la exclusión de Irán; Rusia, China e Irán mismo compraron toda la producción gasífera de Turkmenistán de los próximos 25 años. Entonces, Nabucco, se quedó solamente con Irak como única fuente de abastecimiento que no puede llenar ni la mitad de las tuberías.(Ahora las “intervenciones humanitarias” toman sentido)

Lo anterior tiene que ver por una parte con el gas iraní, que Estados Unidos pretendía incorporar al proyecto Nabucco conectándolo al punto de almacenamiento de Erzurum, en Turquía. Y también tiene que ver con el gas proveniente del Mediterráneo oriental, o sea Siria, Líbano e Israel.

Pero en julio de 2011, Irán firmó varios acuerdos para que el transporte de su gas sea a través de Irak y de Siria. Por consiguiente, Siria se convierte así en el principal centro de almacenamiento y producción, vinculado además con las reservas del Líbano. Se abre así un espacio geográfico, estratégico y energético completamente nuevo que abarca Irán, Irak, Siria y el Líbano (todos hostiles a Israel). Los obstáculos que ese nuevo proyecto viene enfrentando desde hace más de un año dan una idea del grado de intensidad de la lucha que se está desarrollando por el control de Siria y del Líbano. Y al mismo tiempo aclaran el papel que ha venido desempeñando Francia, país que considera el Mediterráneo oriental como su propia zona de influencia histórica; y que después de adquirir en Libia una especie de «seguro médico», ahora pretende obtener un «seguro de vida» a través de Siria y del Líbano.
 

 Quê tiene que ver Ucrania?

Las protestas en Ucrania estallaron el pasado mes de noviembre cuando el Gobierno se negó a firmar el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea ya que ésta le ofrecía sólo mil millones de dólares en 7 años lo cual fue considerado una limosna debido a la deuda ucraniana y porque, además, la UE EXIGÍA que desequilibrara su gobierno libertando a la ex-primer ministra Yulia Timoshenko y reformando la ley de la fiscalía y del sistema electoral.

A esto, totalmente inadmisible, se añadía que Ucrania, tras la firma del acuerdo NO tendría garantías plenas como miembro de pleno derecho de la UE, por el rechazo de la opinión pública europea a la plena integración de Ucrania, toda vez que la zona estaba en crisis profunda, sin dinero suficiente debido a la bancarrota de Grecia, Portugal, Italia y otros países del sur producto de la burbuja financiera inmobiliaria del 2008 y por la muy calculada decisión de los principales bancos europeos (Alemania, Francia, Inglaterra) de salvaguardarse de la crisis cortando los créditos a los países de la comunidad. Todo este manejo de la banca resultó estratégicamente beneficioso para Rusia con respecto a Ucrania.

Durante varios meses Rusia había presionado a Ucrania restringiendo las importaciones metalúrgicas y productos alimenticios; e imponiendo duras normas aduaneras. Además, tras la negativa de Gazprom a rebajar las tarifas gasíficas vigentes desde el ACUERDO ruso-ucraniano del 2009, Rusia había conminado a Kiev a pagar una deuda de 882 millones de dólares por los suministros pasados, previéndose una nueva reedición de la Guerra del Gas ruso-ucraniano del 2006, que hubiera tenido, como en su momento, efectos colaterales importantes como recortes de suministro en varios países de la UE, pues el gas ruso abastece en más de un 70% a países como los Países bálticos, Finlandia, Eslovaquia, Bulgaria, Grecia, Austria, Hungría y República Checa. Más del 80% del total del gas que la UE importa de Rusia pasa por Ucrania. Debido a la gran dependencia energética de la UE (sus importaciones llegan al 52% en gas, petróleo y carbón; de los cuales Rusia es el principal proveedor con 42%, 33% y 26% respectivamente) fue que la revolución naranja consiguió el respaldo financiero que necesitaba.

El problema de fondo: colisión de intereses

La solución era el gasoducto conocido como Nabucco West , que tantas muertes ha causado en Siria, Libia, Irak proyectado desde 1995 a raíz del trazado ruso del gaseoducto Gazprom para partir desde las zonas gasíferas de Rusia hacia Azerbaiyán, Turkmenistán, Irán (para la comercialización), hasta el Medio Oriente. 

EEUU, tratando de hacerle frente a este gaseoducto planeaba transportar por el Nabucco West el gas azerí a Europa a través de Turquía, Bulgaria, Rumania y Hungría y así evitar los precios del gas ruso y la exigencia a Ucrania que se le pague lo adeudado; pero éste fracasó al haberse inclinado Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajistán por el proyecto ruso del gasoducto South Stream y al retirarse Azerbaiyán del proyecto en junio de 2013, lo cual parece poner fin definitivamente al proyecto de Estados Unidos lo que se refleja en un fuerte apoyo logístico y financiero a los mercenarios y terroristas en Siria.

De inmediato se eligió la vía alternativa del gasoducto transadriático, (TAP, Trans Adriatic Pipeline), mediante el cual Azerbaiyán exportará su gas hacia Europa a través de Grecia, Albania e Italia pero sólo puede transportar un tercio del proyecto Nabucco, lo que no supone ninguna amenaza para los intereses de Rusia.

Rusia, en el 2007, presentó el proyecto del gasoducto South Stream, gasoducto de 39.000 millones de dólares que recorre Rusia, Bulgaria, Serbia, Hungría, Eslovenia e Italia y que garantiza el suministro de gas ruso a la UE evitando el paso por la pro-occidental Ucrania tras la crisis del gas del invierno del 2006 y los recortes de suministro producidos en incontables países de la UE.

Por último, la coalición de intereses ruso-alemanes ideó el proyecto Nord Stream que conectará Rusia con Alemania por el mar Báltico, con una capacidad máxima de transporte de 55.000 millones de metros cúbicos (bcm) de gas al año y con una vigencia de 50 años. Dicha ruta se estima vital para Alemania y los Países Nórdicos, declarado por el Parlamento Europeo de “interés europeo” y crucial para la geoestrategia energética rusa; y a la vez, con dicha ruta, se cerraría la pinza energética rusa al descartar a las Repúblicas Bálticas, Polonia y Ucrania como territorio de tránsito.

Rusia conseguiría así un doble objetivo geoestratégico: asegurar un flujo ininterrumpido de gas hacia Europa por dos vías alternativas,(lo que invalidaría las tesis de la ex-Secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton de “querer estrangular la economía europea”) así como convertir en “islas energéticas” tanto a Ucrania como a las Repúblicas Bálticas, por lo que no sería descartable un posterior intento ruso de fagocitar a dichas ex-repúblicas soviéticas utilizando lo que le adeuda ucrania y el chantaje energético para resquebrajar la unidad comunitaria, en la certeza de que tanto Alemania como Francia no dudarán en sacrificar a dichos países en aras de asegurar su abastecimiento energético.




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