Una mirada a la revolución de Egipto

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Muchas veces nos preguntamos qué es lo que hace que un ser humano se ponga un artefacto explosivo y enajenado de oprobio, injusticia y rencor; lleno de odio se haga estallar. Pues, hace poco, un humilde muchacho vendedor de frutas en Túnez, enloquecido de injusticias también se prendió fuego. Gracias a la internet pudimos despertar de nuestro letargo, y preguntarnos qué pasa en ése pequeño país africano y con sólo ésa pregunta accionar el gran resorte que DEBEN significar para la acción de los pueblos las Redes Sociales.

Con la huída de Mubarak se han visto expresiones de júbilo en todas partes del mundo; no es para menos, después de treinta años de permanencia ,una dictadura de lo más cruel y perversa cae ante la exigencia masiva de todo el pueblo y ejército egipcios. Hasta allí todo bien, pero no olvidemos que para que se geste una revolución hay intereses encontrados que soterradamente han ido urdiendo este desenlace.

A raíz de la aprobación por parte de la ONU de la resolución 181 de 1947 creando el Estado Judío (Israel) y el Estado Palestino (que ningún país árabe aceptó), surgió un antisemitismo marcado en los países árabes por semejante latrocinio. Egipto fue uno de ellos que en alianza con Jordania, Siria e Irak trató de expulsar a Israel en la guerra de los 6 días siendo vencidos sin lograr recuperar su territorio.

Sucedió a Nasser (presidente de Egipto de ése entonces), el Sadat, quien luego de ser vencido también, en la Guerra del Yom Kippur decide traicionar la causa árabe y aliarse con quienes antes se peleaba: Israel y su gran padrino los EEUU. Desde la firma de los acuerdos de Camp David, Egipto pasó de ser un actor clave en la defensa de la causa árabe a ser un agente militar pro norteamericano e israelí; lo cual significó no sólo el reconocimiento de Israel, sino también su neutralización y pasividad ante los principales eventos acaecidos en el Medio Oriente desde hace cuatro décadas, como la guerra en el Líbano, las dos guerras de Irak, las dos intifadas, los bombardeos e invasiones constantes por parte de Israel a los territorios palestinos, libanés, sirios y jordanos.

Por ello “dizque” fue asesinado por el grupo integrista musulmán egipcio Yihad (Guerra Santa), aunque pienso que fueron los mismos estadounidenses, temiendo otro "cambio de parecer", quienes pusieron en su lugar al mejor de sus aliados: Mubarak. Este, en plena Guerra del Golfo, acató un devastador programa del FMI a cambio de la anulación de la multimillonaria deuda militar de Egipto con EEUU, así como de su participación en la guerra enfrentando y desalojando a Irak de Kuwait. La desregulación resultante de los precios de los alimentos, la arrolladora privatización y las masivas medidas de austeridad llevaron al empobrecimiento de la población egipcia y a la desestabilización de su economía.

El estado Norteamericano destinaba mil quinientos millones de dólares anuales para el ejército egipcio; era el segundo país en prioridad, después de Israel, en recibir este tipo de ayuda de la gran potencia, por ser, éste país, el aliado más importante geográfica y militarmente de los países árabes para los Estados Unidos.

Con la revolución ocurrida, están más que preocupados Israel y los norteamericanos en que se instale, lo antes posible, un gobierno "democrático" que, por supuesto, sea afín a sus intereses de mantener la discordia entre los países árabes y mantener a raya a los grupos fundamentalistas; pero ello no es muy seguro, porque lo que el pueblo y el ejército Egipcios desean es una democracia representativa y mucho me temo que recrudezca un antisemitismo mucho más consolidado, formando un bloque árabe para hacer frente y detener los abusos israelíes contra el pueblo palestino.

Por su parte los refugiados de Gaza y la autoridad de ellos Hamas ven con esperanza esta revolución; porque, como sabemos, Egipto es una de las fronteras (la otra es el vergonzoso muro de 723 kilómetros que ha fabricado Israel contra Gaza) por donde podían acceder no sólo al tráfico de armas por los túneles excavados en el sur cerca de Rafá, sino para casos de emergencias, trabajo y libre tránsito; de tal forma que han pedido a las autoridades egipcias cancelar las sanciones completas contra los habitantes de Gaza para que el pueblo indefenso de Gaza pueda cubrir sus necesidades básicas y emergencias de salud.

Todos vemos con beneplácito estos triunfos del pueblo reclamando y exigiendo una democracia; por mi parte, además, anhelo que se reinicien las conversaciones de paz y cesen los abusos perpetrados contra el pueblo palestino; que Israel respete la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU de 1967 que establece “la retirada de las Fuerzas Armadas israelíes de los territorios ocupados durante el conflicto (“Guerra de los 6 días”) y el cese de todas las afirmaciones de beligerancia, el respeto y reconocimiento de la soberanía, de la integridad territorial y de la independencia de cada Estado de la región, y de su derecho a vivir en paz en el interior de fronteras seguras y reconocidas, al abrigo de amenazas o de actos de fuerza”.

La Yihad (grupo musulmán egipcio) estando acorde al proceso popular revolucionario se ha mantenido casi al margen y sólo se ha hecho presente al proponer al Premio Nobel El Baradei como líder de la resistencia; ahora cabe esperar que Estados Unidos deje de intervenir en la transición egipcia, ya sabemos que hará todo lo posible para que el nuevo presidente de Egipto sea un títere y clientelista a los intereses de la Casa Blanca. Esperemos que los veedores y el mismo pueblo en las ánforas lo mantengan a raya.

Mientras tanto...¡¡celebremos el triunfo de Túnez y del pueblo Egipcio!!

Un gran abrazo.