domingo, 30 de septiembre de 2018

Alianza necesaria frente al fagocitador del planeta



Merkel, intenta rescatar la relación entre Alemania y Rusia

El punto crucial de la última entrevista entre Putin y Merkel, fue la conveniencia (para la OTAN y los EEUU) de que siga siendo Ucrania el país de tránsito del gasoducto Nord Stream 2, que surte de gas ruso a Alemania.

Putin, en cambio, describió las «importantes relaciones» entre los dos países a golpe de datos económicos.

Que las inversiones alemanas en Rusia superan los 80.000 millones de dólares, que las 5.000 empresas alemanas en suelo ruso facturan 15.000 millones al año y emplean a 270.000 trabajadores o que las 1.500 empresas rusas en Alemania han invertido unos 8.000 millones en este país fueron solo algunos de los datos que, en tono de amenaza, fue enlazando hasta concluir dejando caer que el gasoducto que tanto le importa a Merkel puede tomar otros caminos. «El Nord Stream 2 tradicionalmente ha hecho su camino a través de Ucrania y conozco la posición de la canciller alemana al respecto, pero hay buenas perspectivas para ampliaciones en otras direcciones», zanjó aludiendo a la primavera naranja de Kiev financiada por occidente.




El Nord Stream 2 es un macroproyecto aún en fase inicial de construcción que costará unos 9.500 millones de euros y que, paralelo al Nord Stream 1, ya en funcionamiento, recorrerá 1.225 kilómetros por debajo del Báltico conectando la salida de Rusia a este mar con la costa alemana y evitando así cruzar cualquier otro país de Europa del Este. Al frente de esta importante infraestructura está Gazprom, la gasista estatal rusa para la que trabaja desde hace más de una década el ex canciller alemán socialdemócrata Gerhard Schröder, junto a los grupos energéticos alemanes Uniper y Wintershall, la austriaca OMV, la francesa Engie y el gigante anglo-holandés Shell. Este proyecto, puesto en cuestión por el presidente de EE.UU., Donald Trump, es el principal motivo por el que la visita a Berlín de un presidente ruso, hace solo unos años pura rutina, se haya convertido en una cuadratura de círculo en términos diplomáticos, en un contexto internacional, además, endiabladamente incierto.

Reseña histórica

Alemania es el país que desde el inicio del conflicto se opuso a que se impusieran sanciones a Rusia por haber anexionado Crimea. Al mismo tiempo, Angela Merkel es la jefe de Estado que más veces y más seriamente conversó con Putin sobre lo ocurrido y las posibles consecuencias. ¿Es una contradicción?

La relación entre Rusia y Alemania siempre ha sido bastante cercana o muy tensa. En su magnífica e injustamente olvidada novela Oblómov, el clásico ruso decimonónico Goncharov contrapone a dos tipos humanos como símbolos de lo europeo y lo ruso: el alemán Stolz, un hombre pragmático y activo, y el flemático Oblómov; mientras el alemán triunfa en todo lo que toca, el perezoso ruso es un perdedor nato.

Catalina la Grande, la gran europeizadora de Rusia, era de origen alemán: la zarina invitó a alemanes de distintos gremios, que huían de las guerras religiosas en la Europa Central, para que se instalaran en Rusia. El país llegó a tener una densa población alemana; en el censo de 1914 el número de alemanes en Rusia se elevaba a casi dos millones y medio. Alemania fue uno de los destinos predilectos de los aristócratas rusos. Dostoievski, visitante asiduo de los balnearios alemanes, resumió sus impresiones lamentando que “los rusos en Europa parecemos unos tártaros”, queriendo decir que los rusos se comportaban en el mundo civilizado como unos provincianos salvajes.

Ya en el siglo XX, castigadas por el Tratado de Versalles tras la I Guerra Mundial, Rusia y Alemania mantuvieron buenas relaciones comerciales, selladas por varios pactos, entre ellos el Molotov-Ribbentrop sobre la no intervención bélica, que Hitler acabó incumpliendo. Fue Rusia quien, en la batalla de Stalingrado de 1942, dio el primer golpe de gracia definitivo a las tropas de la Alemania nazi.

Durante la guerra fría, el canciller alemán socialdemócrata Willy Brandt fue el primero en poner en marcha la Ostpolitik, política de acercamiento a la Unión Soviética y Alemania del Este. Tras la caída del comunismo, el canciller Gerhard Schröder insistió en unas estrechas relaciones comerciales con la Rusia entonces ya de Putin e hizo que entre ambos países se construyera el gasoducto Nord Stream por donde llega a Alemania el gas ruso, aumentando la dependencia entre ambos países.

En la actualidad, la canciller Angela Merkel contempla en su despacho el retrato de Catalina la Grande, la zarina que convirtió a Rusia en un imperio. Nacida en Alemania del Este, donde fue disidente del totalitarismo comunista, Merkel entiende perfectamente qué puede esperar de un exempleado de la KGB como Vladímir Putin. Pero a pesar de todas las diferencias, Merkel y Putin se llevan correctamente: se tutean y ambos hablan el idioma del otro (generalmente se comunican en alemán, que Putin aprendió como enviado de la KGB a la DDR, con algunas frases en ruso). Durante los sucesos en Crimea, en varias conversaciones telefónicas Merkel intentó quebrantar la voluntad de su colega ruso sobre la anexión de la península, pero sin resultado. “¡Putin vive en otro mundo!” exclamó entonces la canciller.

Según unas encuestas del BBC World Service de 2013 sobre la relación alemano-rusa, solo un 20% de alemanes tiene una visión positiva de Rusia, mientras que un 61% de alemanes expresó una opinión negativa. Los rusos, en cambio, ven de forma mucho más positiva a Alemania: un 55% consideran positiva la influencia alemana y solo un 10% negativa. Al igual que en la citada novela de Goncharov el ruso Oblómov admiraba al alemán Stolz pero fue incapaz de seguirle, en la actualidad los rusos desean lo que llaman evroremont, o sea arreglar su país a la manera civilizada y europea, y sin embargo, aplauden los actos de su presidente.

De varias de las encuestas publicadas recientemente por el prestigioso periódico ruso Kommersant se desprende que los rusos se sienten satisfechos de que su país haya anexionado Crimea donde, además de otras utilidades, “planean ir de veraneo”, según declaran, y por todo eso asumen sin protestar que, tras la implantación de las sanciones por parte de la comunidad internacional aliada del capitalismo, pueden llegar a ser bastante más pobres que ahora, aunque orgullosamente soberanos. Además, también según recientes encuestas, los rusos confían en que su país se convierta otra vez en una superpotencia. Y, como ya demostraron durante la guerra fría, la conciencia de ser soberanos para la mayoría de los rusos cuenta más que la democracia dictada por el neoliberalismo y el bienestar a costa de guerras en favor de la plutocracia.

Como sabemos ( o debemos saber) Ucrania era el paso obligado del gas traído por el gigante ruso Gazprom de Asia y Medio Oriente hacia Europa, por lo que EEUU y sus aliados idearon “la primavera naranja” para que la UE firme su pacto de aproximación con Ucrania y luego con Moldavia y Georgia.

La solución para EEUU, era el gasoducto conocido como Nabucco West , que tantas muertes ha causado en Siria, Libia, Irak proyectado desde 1995 a raíz del trazado ruso del gaseoducto Gazprom para partir desde las zonas gasíferas de Rusia hacia Azerbaiyán, Turkmenistán, Irán (para la comercialización), hasta el Medio Oriente. EEUU, tratando de hacerle frente a este gaseoducto planeaba transportar por el Nabucco West el gas azerí a Europa a través de Turquía, Bulgaria, Rumania y Hungría y así evitar los precios del gas ruso y la exigencia, de Rusia a Ucrania, que se le pague lo adeudado; pero éste fracasó al haberse inclinado Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajistán por el proyecto ruso del gasoducto South Stream y al retirarse Azerbaiyán del proyecto en junio de 2013, lo cual parece poner fin definitivamente al proyecto de Estados Unidos lo que se refleja en una baja de apoyo logístico y financiero a los mercenarios y terroristas en Siria. Ahora con la estratégica privatización del 19% de Rosneft en favor de Qatar (Rostchield) es que viene llegando a su fin la fabricada “primavera” Siria.




En mayo 2016, el presidente Vladimir Putin anunciaba que podía vender un paquete del 19,5% de la petrolera estatal Rosneft pero únicamente a dos inversores estratégicos, ya que uno solo no podría acometer el montante de la operación. En cualquier caso la privatización de ese porcentaje seguía dejando el control de la petrolera en manos estatales rusas.

Pues bien, en Diciembre del 2016 Rusia vendió a Glencore y Qatar un 19,5% de ese gigante petrolero ruso, Rosneft. Justo antes de esta transacción, Rosneft había adquirido la compañía petrolera Bachneft. Este es un gran acuerdo estratégico que permite finalizar la guerra en Siria (puesto que el gaseoducto que pasaría por Siria ahora pasará por Turquía) bueno, esto si no hay sorpresas de última hora, como un ataque sorpresivo de la OTAN, por ejemplo.

La noticia se apunta a una operación a medias, entre Glencore Xstrata y el Fondo Soberano de Qatar –Qatar Investment Authority (QIA)-. Todo un apaño Rothschild, porque en realidad, el Fondo qatarí, es también de Nathaniel Rothschild (Glencore Xstrata y su oficina en Qatar). De allí las escaramuzas entre Arabia Saudí aliado norteamericano y Qatar, reciente socio de Rusia.

De inmediato se eligió la vía alternativa del gasoducto transadriático, (TAP, Trans Adriatic Pipeline), mediante el cual Azerbaiyán exportará su gas hacia Europa a través de Grecia, Albania e Italia pero sólo puede transportar un tercio del proyecto Nabucco, lo que no supone ninguna amenaza para los intereses de Rusia.

Rusia, en el 2007, presentó el proyecto del gasoducto South Stream, gasoducto de 39.000 millones de dólares que recorre Rusia, Bulgaria, Serbia, Hungría, Eslovenia e Italia y que garantiza el suministro de gas ruso a la UE evitando el paso por la ya pro-occidental Ucrania.

Por último, la coalición de intereses ruso-alemanes ideó el proyecto Nord Stream (ya en funcionamiento) que conecta Rusia con Alemania por el mar Báltico, con una capacidad máxima de transporte de 55.000 millones de metros cúbicos (bcm) de gas al año y con una vigencia de 50 años. Dicha ruta se estima vital para Alemania y los Países Nórdicos, declarado por el Parlamento Europeo de “interés europeo” y crucial para la geoestratégica energética rusa; y a la vez, con dicha ruta, se cerró la pinza energética rusa al descartar a las Repúblicas Bálticas, Polonia y Ucrania como territorio de tránsito.

Por ello, Putin es mayoritariamente respaldado por su pueblo en sus actos de defensa contra el sistema capitalista; y si bien, hoy posee menos territorio, recursos naturales y población que cuando era la Unión Soviética; por otro lado, su zona de influencia ideológica está creciendo en las naciones donde los imperios capitalistas (EEUU, Reino Unido, Francia) crean golpes de estado, guerras sangrientas o hunden en la miseria con la exigencia del cumplimiento de su programa de neoliberalismo tan bien reflejado en los 10 puntos del Consenso de Washington. Esto último, con el fin evidente de tener rentas seculares con sus organismos financieros. Las potencias capitalistas y sus aliados pugnan mediante su aparato colosal de medios de comunicación por denostar y enlodar a Rusia; sin embargo, el inteligente pueblo alemán entiende que Rusia, es el aliado estratégico que siempre ha necesitado. Por ello, si alguien puede servir de puente entre Occidente y Rusia, será Alemania.

EEUU: Buscamos expulsar a Irán y Rusia del mercado energético

EE.UU. busca expulsar a Irán y Rusia del mercado energético global en el marco de su política restrictiva hacia ambos países, dice un funcionario estadounidense.



Estados Unidos está examinando las medidas económicas para presionar a Rusia e Irán y “expulsarlos del mercado energético global”, dijo el viernes el secretario del Interior de EE.UU., Ryan Zinke, —citado por el portal local Washington Examiner— en un evento de la industria en la ciudad de Pittsburgh, organizado por la Alianza de Energía del Consumidor

Para Zinke, Washington puede aprovechar del tema del petróleo para imponer más presión a Teherán y a Moscú. “Podemos hacerlo, porque EE.UU. es el mayor productor de petróleo y gas”. Cosa curiosa, ya que antes del atentado de las torres gemelas que lo lanzócon sus guerras hacia Asia y Medio Oriente, sólo contaba con reservas de uso doméstico para 10 años.

En el caso concreto de Rusia, Zinke dijo que un bloqueo naval a Rusia es una posibilidad para restringir el papel de la nación euroasiática en el mercado energético mundial.

“EE.UU. tiene esta capacidad, (…) de bloquear (las rutas marítimas...) para asegurarse de que la energía (rusa) no llegue al mercado”, dijo Zinke.

Conforme a Zinke, la razón por la que Rusia está en Medio Oriente es que “quiere negociar la energía como lo hace en Europa del Este, en el sur de Europa”.




El continente verde tiene una dependencia al gas ruso, si bien Estados Unidos ha amenazado con imponer nuevas sanciones a compañías en Austria, Francia, Alemania y los Países Bajos que están involucradas en el gasoducto de gas natural Nord Stream 2 que une Rusia y Alemania.

Un anterior informe del portal financiero estadounidense Bloomberg señaló que el presidente estadounidense, Donald Trump, planea dominar la producción de energía mundial, al establecer políticas de desarrollo de las exportaciones de hidrocarburos del país.

Tanto Irán como Rusia han arremetido una y otra vez contra la Administración Trump por su política de sanciones, la cual incluye sus recientes esfuerzos por impedir que el país persa venda su petróleo al extranjero.

EEUU creó alrededor de 20 bases militares en los territorios kurdos (Siria), según afirmó el 1 de marzo el subsecretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Alexandr Venediktov.

A su vez, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, indicó que EEUU tiene previsto "violar la integridad territorial de la República Árabe" y crear una autonomía kurda en la región.

Pero ¿cómo se pueden frenar los planes devastadores de EEUU? Según declaró a Izvestia el viceministro de Exteriores de Rusia, Mijaíl Bogdánov, es posible preservar la unidad y la integridad territorial de Siria mediante las negociaciones en Ginebra sobre la solución del conflicto sirio. En otras palabras, es necesario crear una nueva Constitución, formar un gobierno de transición y celebrar unas elecciones generales en el país.


EEUU exige cambio de constitución: Haremos la vida en Siria "lo más miserable posible, incluso si la ONU no lo aprueba"

Así se ha expresado el representante especial de EE.UU. para el compromiso con Siria, quien prometió realizar el plan si el gobierno de Al Assad no reescribe la Constitución

EE.UU., con la ayuda de sus aliados de Europa, Asia y Oriente Medio, efectuará "una estrategia de aislamiento", incluidas sanciones, contra Siria, si su presidente, Bashar al Assad, no coopera en la reescritura de la Constitución siria como preludio para las elecciones, ha afirmado este viernes el representante especial de EE.UU. para el compromiso con Siria, James Jeffrey.

"Si el régimen hace eso, creemos que podemos ir tras él de la misma manera que lo hicimos con Irán antes del 2015: con sanciones internacionales realmente duras", ha precisado el diplomático, refiriéndose a las sanciones secundarias contra Teherán por su programa nuclear.

Asimismo, Jeffrey ha aseverado que ni siquiera el Consejo de Seguridad de la ONU podrá detener este plan de Washington. "Incluso si el Consejo de Seguridad de la ONU no las aprueba [las sanciones], lo haremos a través de la Unión Europea, lo haremos a través de nuestros aliados asiáticos", ha revelado.



"Y luego nos concentraremos en hacer la vida lo más miserable posible para ese cadáver del régimen", ha concluido.

Las autoridades sirias califican de ilegítima la presencia militar estadounidense en su territorio. Así lo declaróen septiembre de 2017, en una entrevista con RT, el ministro de Asuntos Exteriores de Siria, Walid Muallem.

A pesar de esa postura oficial de Damasco, el entonces secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, anunció el 17 de enero de 2018 que las fuerzas estadounidenses se mantendrían en territorio sirio y aseguró que no habrá lugar para el presidente Al Assad en el futuro de esa nación árabe.

En el mismo discurso, Tillerson manifestó que EE.UU. y sus aliados no tienen intención de colaborar en la reconstrucción de las regiones controladas por el presidente Bashar al Assad e incluso urgió a otros países a ejercer presión económica sobre el Gobierno sirio.

Desde el punto de vista de Moscú, la estrategia de EE.UU. en Siria tiene como objetivo la desintegración de ese país árabe.

Japón da la espalda al 'mundo civilizado' al volver a la energía no renovable

El país asiático provocó un escándalo en las filas de los partidarios de la energía limpia debido a sus planes de usar carbón para satisfacer sus necesidades energéticas. ¿Cómo un país tan avanzado llegó a esta decisión?

Tras la tragedia de Fukushima, que estremeció al país en marzo de 2011, las autoridades japonesas tomaron la decisión de reducir el número de plantas nucleares en el país. Para 2015, se redujo hasta un 0,9%, recordó el colaborador de Sputnik Serguéi Savchuk.

Mientras que algunas de las centrales —como Fukushima-1, Fukushima-2, Fugen o Namie Odaka— fueron suspendidas, otras están siendo desmanteladas. Por su parte, las plantas de Ikata y Sendai, que tienen una potencia total de 2,8 GW, todavía están funcionando como antes.

Sin embargo, esta reducción forzosa llevó a una crisis profunda en el ámbito de la energía. Esta medida implicaba que un cuarto de su población perdería acceso a la electricidad, algo que el Gobierno japonés jamás aceptaría. Así, Tokio efectuó un giro hacia el uso de los fósiles, en este caso, del gas natural y el carbón.

También: Día negro: ¿cómo afectó el accidente nuclear de Fukushima a la economía japonesa?

Actualmente, Japón es el principal importador de gas natural licuado en el mundo. Incluso, las empresas niponas ya acordaron la adquisición de un tercio del gas natural licuado producido por la planta estadounidense Cove Point durante la próxima década. Ya en 2017, Japón importó más de 120 millones de metros cúbicos de gas licuado.

Sumado a esto, Tokio va poniendo en marcha nuevas centrales termoeléctricas de carbón, señala el autor. El país tiene previsto construir 36 plantas de este tipo en los próximos diez años e incrementar el uso del carbón hasta el 26% para 2030, después de tener planes de bajar su consumo hasta un 10% en 2011.

Esta decisión de las autoridades niponas provocó una verdadera 'indignación' por parte de los partidarios de las energías sostenibles:

"Un país tan avanzado y progresista vuelve a quemar el desagradable y sucio carbón. Y ¿qué pasa con luchar por el medio ambiente, la desnuclearización y el uso de las fuentes 'verdes' de energía?", ironiza el autor.

Pero Japón no tiene otra alternativa: entre una decisión racional y justificada de contrarrestar la crisis energética o dejar enfriar a su pueblo y cerrar las plantas industriales, Tokio optó por aumentar la generación de electricidad con fuentes fósiles.

Además: Prueban en Japón el primer generador de energía de corrientes oceánicas

Los socios extranjeros, tan prominentes a la hora de criticar la generación 'sucia', "apenas ofrecieron alguna otra solución práctica para el problema", concluyó el autor.

Argentina

"Inducen un colapso económico para balcanizar la Argentina"

El periodista e investigador argentino Claudio Guevara aseguró que los poderes transnacionales manejan los resortes de los organismos internacionales e imponen una agenda globalista en escenarios locales. "Hay un diseño para provocar una crisis sin precedentes y poner a la Argentina de rodillas a fin de apropiarse de sus activos", sostuvo.

"Los poderes transnacionales se han incrementado de manera monstruosa e imponen una agenda globalista en escenarios locales, ya que manejan los resortes básicos de las instituciones internacionales. Si uno analiza la cantidad de medidas puestas en marcha, todas juntas, por parte del gobierno argentino en los dos últimos años, podemos visualizar una agenda que no se muestra, que impone un relato distractivo. Todo esto es un diseño para provocar una crisis sin precedentes y poner al país en la necesidad de aceptar ciertas cosas", aseguró Claudio Guevara, periodista e investigador argentino radicado en México.

Más información: La ONU, preocupada por ajuste económico en Argentina que acompaña acuerdo con FMI

Economista: recesión de Argentina durará más de un año en el mejor de los casos

Guevara alertó sobre un plan de "colapso inducido" que llevaría al desmembramiento territorial de la Argentina, para extenderse luego al resto de la región. "El mundo está experimentando el agotamiento de un modelo económico basado en un crecimiento ilimitado, debido al creciente colapso ambiental. Estamos a las puertas de una balcanización del continente y de reformas profundas. Una de las apuestas es que Argentina sea el primer país de peso en región en dolarizar su economía", dijo el doctor en Sustentabilidad y miembro del comité editorial del European Scientific Journal.

"Ningún país desarrollado podría llevar a cabo las medidas que puso en marcha Mauricio Macri sin derrumbar su economía. El colapso inducido del país es para ponerlo de rodillas y apropiarse de sus activos", añadió Guevara.

Cómo la CIA y la NSA ayudaron a dar a luz a Google

Como el 27 de septiembre Google cumplió 20 años en las vidas de miles de millones de personas, los grupos de comunicación predominantes se están dedicando a publicar historias que narran los momentos clave del gigante de los buscadores. Pero no de cómo la CIA y la Agencia Nacional de Seguridad de EEUU se gastaron miles de millones en él.

Durante los primeros años de la década de 1990, las agencias de inteligencia estadounidenses decidieron perfeccionar las maneras de rastrear la actividad de organizaciones y de grupos de personas dentro de lo que en aquel entonces era todavía el embrión de la World Wide Web.

La revolución de la supercomputación estaba a la vuelta de la esquina y los servicios de vigilancia masiva de Estados Unidos no estaban dispuestos a quedarse sentados mientras pasaba por delante de sus narices. Así que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), entre otras, apostaron por dirigir e influir en esa revolución para beneficio de sus propios intereses. ¿Su objetivo? Crear una entidad 'online' mediante la que fuese más fácil recopilar y entender grandes cantidades de información sobre sus propios ciudadanos.

Corrupción, manipulación y censura: Google celebra a su manera su 20 aniversario

Además de haber asentado las bases de lo que acabarían siendo los superestados de vigilancia global, el interés de la CIA y de la NSA daría a luz a toda una serie de empresas. Entre ellas, a Google.

En 1993, las agencias de inteligencia estadounidenses crearon el Massive Digital Data Systems (MDDS), un programa de investigación y desarrollo cuyos propósitos se recopilaron en un libro blanco que llegó a los científicos más destacados de los centros educativos más prestigiosos del país —como CalTech, Harvard, el Instituto Tecnológico de Massachussetts y Stanford—.

OK Google, deja de espiar a los usuarios

"Las agencias de inteligencia están siendo proactivas y quieren estimular los proyectos de investigación sobre el manejo de grandes bases de datos", decía el documento.

¿En qué consistiría ese papel proactivo? La CIA y la NSA concederían más de una docena de subvenciones de varios miles de millones de dólares cada una a grupos de investigación universitarios con el fin de poder identificar las 'huellas digitales' de individuos y de grupos de personas en internet. Luego enlazarían y clasificarían sus consultas en la red por orden de importancia para detectar patrones relevantes y para rastrear sus posibles movimientos en el futuro.

"Pensemos en Google como lo que realmente es: una máquina de vigilancia"

Una de esas subvenciones o becas fue a parar a un equipo de investigación de ciencias de la computación de la Universidad de Stanford que estudiaba técnicas para optimizar las consultas complejas en internet. Aquel grupo de investigadores ya había recibido dinero de la Fundación Nacional para la Ciencia y de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada, por lo que ya estaba en el radar de las agencias de inteligencia.

Dentro de aquel grupo de estudiantes había dos que lograrían dar pasos de gigante en la recién nacida ciencia del posicionamiento web y de las búsquedas en internet: Sergey Brin y Larry Page, futuros fundadores de Google.

Tema relacionado: ¿Google nos espía? El gigante estadounidense revela todo a Sputnik

Durante sus investigaciones, el propio Brin mantuvo informado de los avances del grupo a Rick Steinheiser, un empleado del departamento de desarrollo e investigación de la CIA, y a Bhavani Thuraisingham, quien trabajaba para MITRE Corp, una empresa de investigación militar contratada por el Departamento de Defensa de EEUU. El mismo Thuraisingham reconocería más tarde lo que unía a Brin con el entramado de empresas:

"El fundador de Google, Sergey Brin, recibió financiación del programa mientras hacía el doctorado en Stanford. Él (…) y Chris Clifton, del MITRE, desarrollaron [el sistema] que extraía grandes cantidades de información almacenada en bases de datos (…) Brin nos mostró el motor de búsqueda que más tarde acabó convirtiéndose en Google".

Los rumores que persiguen a la CIA y que señalan a la agencia como el embrión de Google le han perseguido desde los primeros años de la compañía. Ya en 2006 había informesque aseguraban que Google había mantenido una larga relación con las agencias de inteligencia estadounidenses y que había recibido dinero de ellas. Por su parte, la CIA lo ha negado todo. También la Universidad de Stanford.

De hecho, si no fuese por el testimonio de Thuraisingham muy poco se sabría de que la financiación del MDDS fue a parar a Brin y a Page. También si no fuese por el del informático teórico Jeffrey D. Ullman:

"[Google fue un proyecto de investigación] que se desarrolló [gracias] a esta y a becas anteriores (…) Su tecnología central permite encontrar páginas con muchísima más precisión que otros motores de búsqueda y, fue financiado, en parte, con esta beca", explicaba Ullman en el año 2000.

También otro artículo científico, esta vez de 1998, en el que se señala a Brin y a Page como autores. "Brin fue en parte financiado (…) por la Fundación Nacional para la Ciencia".


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